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El hidrógeno es el primer y más ligero elemento de la tabla periódica: multiforme y versátil, lleva meses encabezando la lista de muchos países de la Unión Europea, y no solo,como materia prima o vector energético de bajo impacto para conseguir la objetivo fundamental de cero emisiones de CO2 para 2050.

2050 puede parecer una fecha bastante lejana, pero las cuestiones de planificación ambiental deben abordarse necesariamente a medio y largo plazo: hablar hoy de hidrógeno, por tanto, es coherente con el objetivo de la llamada descarbonización de la economía.

Muchos tipos de hidrógeno

La versatilidad del hidrógeno ya se puede ver en los diferentes colores con los que se identifica, que dependen de los métodos de producción y el impacto ambiental. Si el hidrógeno gris es el más contaminante (producido a partir de gas natural o hidrocarburos), el azul se caracteriza por unas bajas emisiones de dióxido de carbono porque se obtiene a partir del metano (o por electrólisis). El más ecológico es el hidrógeno verde (con cero o casi cero emisiones), producido por electrólisis alimentada por energías renovables o por bioenergía. También hablamos de hidrógeno turquesa cuando se produce por una especie de «depuración» de los residuos.

Por qué usarlo?

Como decíamos anteriormente, una de las grandes ventajas del hidrógeno es su versatilidad: se puede almacenar tanto en forma líquida como gaseosa, se puede utilizar en todas aquellas industrias intensivas en energía (como la siderúrgica), o como combustible limpio. combustible para medios de transporte de largo alcance, o para calefacción civil e industrial.

Además de contribuir a la descarbonización, el hidrógeno también es conveniente porque tiene un coste de transporte inferior al de la electricidad y puede «explotar» la infraestructura existente para el gas natural.

La importancia de la seguridad

El hidrógeno no es un «gas perfecto»: esto se debe a que es altamente inflamable y, en determinadas circunstancias, también se vuelve potencialmente explosivo. Además, la ligereza del hidrógeno es un arma de doble filo porque cualquier pérdida de este gas no se deposita en el suelo, sino que se dispersa rápidamente hacia arriba.

Como el monóxido de carbono, el hidrógeno también es inodoro e incoloro, por lo que requiere la presencia de detectores ad hoc en todos aquellos entornos donde se procese o utilice hidrógeno..

Nuestras soluciones

En Beinat seguimos constantemente la innovación y las tendencias del mercado, incluidas las relacionadas con la energía verde: por eso ya contamos con una serie de sondas de alta tecnología (convencionales, especiales y direccionables) que detectan la presencia de hidrógeno en el aire para todos aquellos empresas que ya están trabajando con este gas. Entre ellas, la SGM533, una sonda autónoma con grado de protección IP55 capaz de detectar metano, GLP y precisamente hidrógeno

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