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En estos días de invierno, el frío se está haciendo notar, y de eso no debemos quejarnos, dadas las temperaturas superiores a la media de las fiestas navideñas.

Estos son los días adecuados para encender la chimenea.

La chimenea siempre aporta un gran encanto a nuestros salones. Es un elemento romántico, bello a la vista, evocador y (si se hace bien) cálido, que nos permite bajar la calefacción.

Sin embargo, como cualquier elemento relacionado con el fuego, la chimenea también tiene sus ventajas y desventajas. ¿Cuáles son?

Veamos algunos de ellos:

Ventajas

Como decíamos, una de las principales virtudes es la estética que la chimenea aporta a tu hogar, representando un valor añadido. Una chimenea encendida siempre proporciona un ambiente estupendo, y no hay que subestimar el ahorro económico: sobre todo si la leña que quema es de producción propia, puede reducir su factura de gas en invierno.

Por último, pero no por ello menos importante, la posibilidad de cocinar con leña, un método de cocción que de otro modo sólo sería posible con una parrilla de exterior.

Defectos

Se sabe que una casa con una chimenea es más difícil de limpiar, dada la ceniza producida por la quema de madera.

A diferencia de otros métodos de calentamiento, la «estanqueidad» de la chimenea debe verificarse continuamente y es posible que deba reavivar el fuego varias veces en poco tiempo.

Si la chimenea está «a fuego abierto», además (por lo tanto, sin protección frontal), existe la posibilidad de que alguna chispa pueda estropear/quemar sus muebles.

El elemento más importante es la seguridad: la combustión de la madera provoca humo y también monóxido de carbono. Y si el humo se detecta a simple vista, el monóxido de carbono es un enemigo aún más peligroso porque es inodoro e incoloro. Si hay una pérdida el riesgo de darse cuenta cuando es demasiado tarde es muy alto.

Para ello, sin embargo, está Beinat: nuestra experiencia en el campo de la seguridad para uso civil e industrial nos permite proponer herramientas prácticas, fáciles de usar y de altísimas prestaciones para garantizar la seguridad en el hogar, la suya y la de los suyos.

Entre nuestros sensores ópticos de humo que permiten detectar una acumulación anormal de humo, el RF500y el EC500. La instalación de ambos es muy fácil, ya que se colocan en un zócalo con enganche de bayoneta.

En cuanto al monóxido de carbono, proponemos CHCO (que también detecta la presencia de gas metano) y AmiCO, nuestro detector portátil de monóxido de carbono que funciona inmediatamente y se puede usar en todas partes.

Viva la chimenea, entonces, pero solo si va acompañado de la dosis correcta de seguridad.