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El verano es tiempo de viajes y descanso. Pero incluso en vacaciones, la seguridad nunca debe tomarse un descanso. Uno de los riesgos más subestimados es el monóxido de carbono (CO), un gas incoloro e inodoro, potencialmente mortal, que puede escapar de calderas, calentadores de agua, chimeneas o estufas en mal estado.

¿Qué es el monóxido de carbono y por qué es peligroso?

El CO se libera cuando los combustibles (gas, leña, carbón, etc.) no se queman completamente. Es imperceptible a la vista y al olfato, pero puede causar intoxicaciones graves en pocos minutos: dolor de cabeza, náuseas, mareos e incluso pérdida de conciencia.

Precaución en casas vacacionales y B&B

Si alquilas un apartamento, una casa o te alojas en un B&B:

  • Verifica la presencia de detectores de CO en las habitaciones donde haya aparatos de gas.
  • Pregunta si las instalaciones (caldera, calentador, estufa) están mantenidas y revisadas regularmente.
  • Ventila bien los espacios cerrados, especialmente donde haya llamas abiertas.
  • No bloquees las rejillas de ventilación: son fundamentales para la salida de gases nocivos.

Precauciones útiles para todos los viajeros

  • Presta atención a señales sospechosas: condensación excesiva en ventanas, olor a quemado, llamas amarillas en lugar de azules en estufas o cocinas.
  • Compra nuestra detector portátil de CO amiCO: ligero, fácil de usar y puede salvar vidas.
  • Si presentas síntomas sospechosos, sal inmediatamente al aire libre y llama a emergencias: podrías estar sufriendo una intoxicación por CO.

Una obligación que protege a todos

Desde 2024, la ley italiana obliga a los propietarios de alojamientos turísticos a instalar detectores de gas y de monóxido de carbono (Decreto Anticipi – Ley 191/2023). Sin embargo, no todos los alojamientos cumplen todavía con la normativa. Sé precavido: pregunta antes de reservar y comprueba al llegar.

En vacaciones, la seguridad es el primer confort

Un entorno seguro es el primer paso para unas vacaciones tranquilas. Informarse, prevenir y contar con las herramientas adecuadas es un gesto sencillo que puede salvar vidas.

El monóxido de carbono no se ve, pero se puede detener.